lunes, 27 de octubre de 2008

Pulau.... Redaaaang son dos paraísos...






Increíble pero cierto, vamos acercándonos al final del viaje. Ya ya sé que no sabréis que va a ser de vuestras vidas sin este vuestro blog, pero creedme, lo superaréis.

Y aquí llega el último punto del viaje. Situémonos. Vuelta a Malaysia. Mar de la China Meridional. Bueno, eso fue el acabose...No puedo decir ni un solo pero de esta parte del viaje, no listillos, no. A pesar de mis pies torturados por los corales y mis míticas frases lapidarias acerca del sufrimiento humano jajaja

Esta parte del viaje fue excepcional. Por el día buceando entre corales y bancos de peces de mil colores y de todo tipo: peces globo, peces espada, peces payaso! era una imagen preciosa. Otra de las cosas que no se pueden explicar, si no que hay que verlas. Nuestra vida allí se resumía a vivir del cuento y a vivir de puro lujo: por las mañanas buceo en las paradisiacas playas de aguas cristalinas cual Brooke Shields en la peli del lago azul, luego bañito...Luego a comer al restaurante buffetiano del hotel y siestecita para el body...ayyy, qué rico! Por la tarde baño de nuevo...sesión de fotos con japonesitas saltando cual dibujos manga (qué risas!!) y malayos queriéndose hacer fotos con nosotros (normal...)...de noche...de noche aquello era un paraíso terrenal...cenitas tipo barbacoa en el restaurante, después heladito magnum sentaditos en las tumbonas del hotel frente a la playa...la brisa marina en la cara y el cuerpo, parecía que todos los problemas que dejamos aquí están taaaaaaan lejos que solo te invade una sensación de felicidad absoluta. Todo eso acompañados por musiquita en vivo y en directo...

Momentos felices.Sin olvidar aquella noche de bailes latinos (lambada, julio iglesias, etc...) en la que los malayos fliparon con nosotros...Fue especacular

domingo, 26 de octubre de 2008

Brunei y los petrodólares (y II)





Brunei y los petrodólares (I)






Supuesto fin del sufrimiento...por fin!!! Llegamos a Brunei exhaustos y después de haber realizado una hazaña memorable nos aventuramos en el país del "Hombre-que-se-mola-a-sí-mismo", ¡qué país, señora! lujo y fe a proporciones iguales. La verdad es que este punto del viaje para mi fue de lo mejorcito porque disfruté como una enana en las lanchas por el Water Village,viendo a los monos narigudos, disfrutando de las mezquitas doradas y de las cenas por menos de dos euros en los puestos de la ciudad.

Cómo deciros...cuando llegamos a la capital (Bandar Seri Begawan...... Kenobi)pudimos comprobar cómo las celebraciones de cumpleaños aquí no se limitan a soplar unas velitas en una tarta, unas palmaditas en la espalda y ale, majo, pa tu casa. NO, NO, NO.Mucho más que eso. Sería algo así como TU CARETO EMPAPELANDO TOOOODO UN PAÍS (con luces de neón a lo puticlub para más inri). Esto es ya algo más que narcisismo, es una autoadoración, el culto a uno mismo. Eso de quererse está bien, pero coño, este tío se pasa. Hablamos del Sultan Haji Hassanal Bolkiah Mu'izzaddin Waddaulah (rrrrrraaaaaataaaaaatatatata). El sultán se tira nada + y nada - que 15 dias celebrando su cumpleaños, eso si, la gente le adora porque como les da casa y trabajo, pues es como si la Espe te pusiera un pisito en la plaza de Oriente, vamos, hasta el papel higiénico forraba yo con su cara...ejem

Este hombre tiene 3 mujeres y unos mil quinientos hijos pero el mejor es su hermano Jefri (teclea encima de su nombre para conocer su historia). Bueno, que me enrollo. Allí me llamaron mucho la atención dos cosas: los taxis acuáticos (y la villa acuática, claro) y las mezquitas más impresionantes que he visto nunca. Ah! y el hotel + lujoso del mundo: un hotel de 6 estrellas!!! Pero todo a su debido momento. Estábamos paseando medio cojos junto a mi maravillosa mezquita de Omar Ali Saifuddien cuando un tipo de camisa Hawaiana se nos acerca y empieza a contarnos unas historias increíbles de la mezquita, de la familia real, de su país y su gente y nos acaba invitando a ir con él por muy poquito dinero (al contrario que en el hotel en que nos alojábamos que nos querían timar vilmente)a conocer la villa de agua y los monos narigudos. Era un tipo encantador y nos llevó a una casa típica del Water Village a merendar té con los postres típicos del país. Aquello fue increíble: cómo describir los enoooormes proboscius monkeys (they are very shyyyyyy) saltando de rama en rama de los árboles de los manglares, cómo describir la hospitalidad de una gente que te ofrece lo que tiene a cambio de nada, cómo describir un paseo de lo + rápido en lancha empapándonos hasta arriba y riéndonos como nunca...mil cosas!! Por la noche nos llevó con su super coche a cenar (íbamos con unos holandeses)a un mercado típico de la ciudad, que me recordó muchísimo a los típicos puestos de feria que hay en los pueblos de cualquier pueblo de España en verano, sólo que con Durians en vez de almendras garrapiñadas, vale, pero increíblemente parecido.

Después de una cena en la que nos pusimos bien gordos por muy muy poco dinero nos llevó a un recorrido primero por los palacios de las hermanas del sultán y de una de las mujeres suyas...espectacular.En ese país parece que sobrara el dinero. Hasta llevarnos al palacio del sultán, el más grande del mundo!! es lo que tiene llevarse el PIB de todo un país, asi cualquiera... pasando por una de las mezquitas más bellas que podáis imaginar, con unos jardines espectaculares y unas cúpulas de oro de 24 quilates. Impresionante. Al final acabamos en un hotel que nos dejó a todos boquiabiertos...Tenía su propia playa privada, el hotel era + grande que la T4 de Barajas, como dice Rafa, algo demencial obra de la bala perdida del hermano del sultán. Algún día volveremos y nos alojaremos allí aunque sea una noche, porque de verdad, eso es algo que no se puede uno ni imaginar. Hay que ir a verlo.

Voy a poner alguna que otra foto que ilustre toooodo lo que acabo de contaros, aunque las imágenes que tengo no le hacen justicia a todo lo que nuestros ojitos vieron. Inolvidable Brunei.

domingo, 12 de octubre de 2008

Monte Kinabalu, 4095 m, Malaysia






4 aventureros. Un gran monte. Una gesta para recordar...

Parece el trailer de una película de serie B, pero creedme, todo lo que pueda contar acerca de este punto del viaje se queda realmente corto.

En primer lugar, situémonos. Isla de Borneo, Malaysia, Monte Kinabalu. Casi 4100 metros de altura en un espectacular paisaje de vegetación selvática que, a medida que ascendemos, se torna en una vegetación típica de montaña.

Llegamos muy contentos y felices con nuestra equipación de exploradores domingueros (me remito a mis fotos de Barbie exploradora y Ken escalador) pero no sabíamos que lo que estábamos a punto de emprender nos iba a quedar muy grande.Demasiado.

Al llegar a la base de la montaña contratamos un pack de escalada+no sé qué movidas aptas para suicidas con cuerdas suspendidos en el aire (que por supuesto, luego no hicimos)+ un supersherpa que pasó de nosotros como el mismo culo. Vamos, unos pirados del copón de la baraja.

Nuestra ascensión al PKM empezó como en las pelis de terror: todos nos las prometíamos muy felices porque no teníamos ni idea del berenjenal que nos estaba cayendo.

Hasta los primeros 1500 m, bien, todo Correcto. Escaloncitos, piedrecitas, riachuelos, vegetación abundante y paisajes preciosos. Luego empezó a ser cada vez + y + difícil. La presión psicológica de ver que llevabas HORAS! haciendo lo mismo y aun no veías el refugio empezaba a hacer mella en mí. Primeras lágrimas de impotencia. Entonces empezó a caer la de San Quintín y/o/u la de Dios es Cristo, es decir, llovía cual Diluvio Universal. Yo no dejaba de darle el coñazo al pobre Rafa porque no podía dejar de blasfemar (puta selvaaa!!!estoy hasta los cojoneeees!!!!! gritaba yo cual psicópata)...6 horas y media tras el comienzo de todo esto llegamos al refugio y...HORROR!!!! HABÍA CUERDAS PARA SUBIR AL P*** REFUGIO!!!Creí morir. Si en algún momento de mi (corta) existencia he llegado a contemplar el suicidio como momento de salvación, fue en ESE PUTO MOMENTO. jajaja

El refugio, para que contaros, muy en nuestra línea: un frío de la leche, una comida mala de huevos (que encima tenías que salir fuera y otra vez con las cuerdecitas para dirigirte al restaurante de enfrente) y unas duchas y baños al aire libre con el frescor de Ariel que hacía. Muy exótico todo. Lo peor vino cuando nos dijeron que nos teníamos que levantar a las 2 de la madrugada para comenzar la ascensión a la cumbre, para ver el amanecer. Si, si...las dos de la mañana. Lágrimas.

Lo siguiente que recuerdo fue vernos a 30 o 40 personas con unas lamparitas en la cabeza, guantes para resguardarnos del frío y de las rozaduras con las cuerdas y mucho mucho frío...y un intenso miedo. Según subíamos, se iba notando el mal de altura: mareo, ganas de vomitar, dolor de cabeza...Por fin veíamos la cumbre. Patri y Cris, en un ataque de sensatez decidieron parar a unos 150 m de la cumbre y por un momento casi me quedo con ellas. Rafa al ver que no me decidía, siguió la ascensión por su cuenta hasta la cumbre. Yo pensé: Ana, esto se hace una vez en la vida y no más, asi q tira pa´rriba que esto me lo hago yo por mis santos c*****. Era algo personal. El monte no iba a poder conmigo. Subí ayudada por un sherpa (simpático, no como el cardo borriquero del nuestro) y luego vino Rafa al rescate. No lo podía creer. Creía que me había rendido, pero no. Los dos juntos llegamos a la cumbre y nos dimos un abrazo y un beso. Lo hicimos. Luego llegó la foto-finish.

La bajada fue aún más dramática. Se me clavaban las uñas de los pies en las botas (aún siguen moradas) y menos mal que Rafa me salvó la vida bajando él en CHANCLAS DE PISCINAAAAAAAAAA!!! demencial. Más lágrimas. Tras 16 horas y media de caminata sin apenas descanso desde la madrugada llegamos al campamento base. Habíamos dejado por el camino algunas cosas, entre ellas, los miedos y las dudas.Y nos habíamos llevado muchas agujetas y dolores pero una gran valentía porque Pudimos hacerlo.

Nunca nadie podrá imaginar lo que sentimos, salvo aquellos que también lo han vivido. Realmente fue una hazaña. Mereció la pena.

jueves, 9 de octubre de 2008

Singapur II...y lo que te rondaré moreno




Ecooooo, ecooooo, eco, eco...jajaja era solo por comprobar que efectivamente no me lee ni dios!
Nuestras últimas horas en Singapur fueron de lo más variopintas...una rápida visita a la isla de Sentosa en un autobús hecho para superguiris como nosotros (y la so capulla de la singupuresa que trataba de ligarse a mi novio, micro en mano)y una sesión de teatro con dibujitos de rayos láser y cancioncillas infantiloides (aquello estaba más animao que el funeral de Camarón)y unas fotos en un parquecito de la isla que parecía un intento de copia del parque Güell nos hicieron caer a los 4 rendidos tras bastantes días de ajetreo y turismo salvaje...

Tras alojarnos nuestra última noche en uno de nuestros hoteles de 7 u 8 estrellas que habitualmente escogíamos (ironía)(y comprobar lo divertidos que se ponen los hindúes cuando conversan y asienten con la cabeza...pfffffff) el grupo se separó con la intención, unas de dormir y recuperar fuerzas y otros con la intención de ir en teleférico que es como el de Moncloa, pero en vez de ver el parque del Oeste con los chavales haciendo botellón veías selva por tós laos. Aquello fue bonito, pero tampoco es que fuera la octava maravilla. Lo mejor vino al día siguiente. Nosotros, que somos un poquito ilusos nos recorrimos, como colofón a nuestra visita singapuriense, a pie la distancia que separaba la frontera entre Singapur y Malasia...Hombre, como aventura para contar después desde el sofá de tu casa a tus nietos está que te cagas, ahora, ponte a recorrerlo con un par de coj**** con una mochilaca que pesaba unos 16 kilos a la espalda. Pero eso sólo fue la antesala de lo que nos esperaba...El Monte...el a partir de ahora conocido como PMK (el Puto Monte Kinabalu)