domingo, 26 de octubre de 2008

Brunei y los petrodólares (I)






Supuesto fin del sufrimiento...por fin!!! Llegamos a Brunei exhaustos y después de haber realizado una hazaña memorable nos aventuramos en el país del "Hombre-que-se-mola-a-sí-mismo", ¡qué país, señora! lujo y fe a proporciones iguales. La verdad es que este punto del viaje para mi fue de lo mejorcito porque disfruté como una enana en las lanchas por el Water Village,viendo a los monos narigudos, disfrutando de las mezquitas doradas y de las cenas por menos de dos euros en los puestos de la ciudad.

Cómo deciros...cuando llegamos a la capital (Bandar Seri Begawan...... Kenobi)pudimos comprobar cómo las celebraciones de cumpleaños aquí no se limitan a soplar unas velitas en una tarta, unas palmaditas en la espalda y ale, majo, pa tu casa. NO, NO, NO.Mucho más que eso. Sería algo así como TU CARETO EMPAPELANDO TOOOODO UN PAÍS (con luces de neón a lo puticlub para más inri). Esto es ya algo más que narcisismo, es una autoadoración, el culto a uno mismo. Eso de quererse está bien, pero coño, este tío se pasa. Hablamos del Sultan Haji Hassanal Bolkiah Mu'izzaddin Waddaulah (rrrrrraaaaaataaaaaatatatata). El sultán se tira nada + y nada - que 15 dias celebrando su cumpleaños, eso si, la gente le adora porque como les da casa y trabajo, pues es como si la Espe te pusiera un pisito en la plaza de Oriente, vamos, hasta el papel higiénico forraba yo con su cara...ejem

Este hombre tiene 3 mujeres y unos mil quinientos hijos pero el mejor es su hermano Jefri (teclea encima de su nombre para conocer su historia). Bueno, que me enrollo. Allí me llamaron mucho la atención dos cosas: los taxis acuáticos (y la villa acuática, claro) y las mezquitas más impresionantes que he visto nunca. Ah! y el hotel + lujoso del mundo: un hotel de 6 estrellas!!! Pero todo a su debido momento. Estábamos paseando medio cojos junto a mi maravillosa mezquita de Omar Ali Saifuddien cuando un tipo de camisa Hawaiana se nos acerca y empieza a contarnos unas historias increíbles de la mezquita, de la familia real, de su país y su gente y nos acaba invitando a ir con él por muy poquito dinero (al contrario que en el hotel en que nos alojábamos que nos querían timar vilmente)a conocer la villa de agua y los monos narigudos. Era un tipo encantador y nos llevó a una casa típica del Water Village a merendar té con los postres típicos del país. Aquello fue increíble: cómo describir los enoooormes proboscius monkeys (they are very shyyyyyy) saltando de rama en rama de los árboles de los manglares, cómo describir la hospitalidad de una gente que te ofrece lo que tiene a cambio de nada, cómo describir un paseo de lo + rápido en lancha empapándonos hasta arriba y riéndonos como nunca...mil cosas!! Por la noche nos llevó con su super coche a cenar (íbamos con unos holandeses)a un mercado típico de la ciudad, que me recordó muchísimo a los típicos puestos de feria que hay en los pueblos de cualquier pueblo de España en verano, sólo que con Durians en vez de almendras garrapiñadas, vale, pero increíblemente parecido.

Después de una cena en la que nos pusimos bien gordos por muy muy poco dinero nos llevó a un recorrido primero por los palacios de las hermanas del sultán y de una de las mujeres suyas...espectacular.En ese país parece que sobrara el dinero. Hasta llevarnos al palacio del sultán, el más grande del mundo!! es lo que tiene llevarse el PIB de todo un país, asi cualquiera... pasando por una de las mezquitas más bellas que podáis imaginar, con unos jardines espectaculares y unas cúpulas de oro de 24 quilates. Impresionante. Al final acabamos en un hotel que nos dejó a todos boquiabiertos...Tenía su propia playa privada, el hotel era + grande que la T4 de Barajas, como dice Rafa, algo demencial obra de la bala perdida del hermano del sultán. Algún día volveremos y nos alojaremos allí aunque sea una noche, porque de verdad, eso es algo que no se puede uno ni imaginar. Hay que ir a verlo.

Voy a poner alguna que otra foto que ilustre toooodo lo que acabo de contaros, aunque las imágenes que tengo no le hacen justicia a todo lo que nuestros ojitos vieron. Inolvidable Brunei.

No hay comentarios: