jueves, 9 de octubre de 2008

Singapur II...y lo que te rondaré moreno




Ecooooo, ecooooo, eco, eco...jajaja era solo por comprobar que efectivamente no me lee ni dios!
Nuestras últimas horas en Singapur fueron de lo más variopintas...una rápida visita a la isla de Sentosa en un autobús hecho para superguiris como nosotros (y la so capulla de la singupuresa que trataba de ligarse a mi novio, micro en mano)y una sesión de teatro con dibujitos de rayos láser y cancioncillas infantiloides (aquello estaba más animao que el funeral de Camarón)y unas fotos en un parquecito de la isla que parecía un intento de copia del parque Güell nos hicieron caer a los 4 rendidos tras bastantes días de ajetreo y turismo salvaje...

Tras alojarnos nuestra última noche en uno de nuestros hoteles de 7 u 8 estrellas que habitualmente escogíamos (ironía)(y comprobar lo divertidos que se ponen los hindúes cuando conversan y asienten con la cabeza...pfffffff) el grupo se separó con la intención, unas de dormir y recuperar fuerzas y otros con la intención de ir en teleférico que es como el de Moncloa, pero en vez de ver el parque del Oeste con los chavales haciendo botellón veías selva por tós laos. Aquello fue bonito, pero tampoco es que fuera la octava maravilla. Lo mejor vino al día siguiente. Nosotros, que somos un poquito ilusos nos recorrimos, como colofón a nuestra visita singapuriense, a pie la distancia que separaba la frontera entre Singapur y Malasia...Hombre, como aventura para contar después desde el sofá de tu casa a tus nietos está que te cagas, ahora, ponte a recorrerlo con un par de coj**** con una mochilaca que pesaba unos 16 kilos a la espalda. Pero eso sólo fue la antesala de lo que nos esperaba...El Monte...el a partir de ahora conocido como PMK (el Puto Monte Kinabalu)

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